Las invasiones afortunadas

La invasión de las islas británicas por Roma fue un triunfo a medias o una derrota parcial. Los romanos lograron asentarse en las islas pero no dominarlas, y nunca se decidieron a invadir Irlanda.

A ello debemos el que se haya conservado una de las más interesantes literaturas, y casi el único resto de una cultura, la celta, que dominó casi toda Europa y que llegaba hasta Turquía.

Otra invasión, la del rey Harald de los cabellos dorados, está en el origen de otra gran literatura que quizá ni siquiera se habría escrito si los nobles noruegos no se hubiesen hecho a la mar con tal de no someterse al nuevo rey del norte. Los nobles rebeldes llegaron a Islandia y allí, en un aislamiento semejante al de Irlanda, escribieron las incomparables sagas y eddas, que son también casi lo único que queda de la antigua cultura germánica.

Aunque podemos lamentarnos por lo que se ha perdido, e imaginar qué maravillas podríamos haber disfrutado si celtas y germanos hubiesen tenido la oportunidad de trasmitir su cultura, una mirada atenta tal vez nos revelaría que esas literaturas prodigiosas no son el resto que sobrevivió a las invasiones, sino su consecuencia. Sin las invasiones tal vez no habría habido literatura celta o germana.

Los germanos, por cierto, tuvieron la oportunidad de trasmitir su cultura cuando se apoderaron de todo el imperio romano de Occidente. Sin embargo, apenas dejaron nada, excepto algunas referencias que se pueden rastrear en monjes ya cristianizados como Beda el venerable o Saxo Gramático. (y la excepción, tardíamente encontrada, de El cantar de los Nibelungos, que es una de las pocas muestras literarias germanas que no fue escrita en Islandia).

El aislamiento de Irlanda le permitió desarrollar una cultura propia, que tal vez no tenía demasiada relación con lo que había sido la cultura de los celtas o de los germanos continentales, ya fueran galos, belgas, del norte de Italia o celtíberos. Tal vez sucedió algo parecido con Islandia.

About Daniel Tubau

Daniel Tubau, autor de El espectador es el protagonista, No tan elemental: cómo ser Sherlock Holmes, Recuerdos de la era analógica, Elogio de la infidelidad, El guión del siglo 21, Las paradojas del guionista y Nada es lo que es, el problema de la identidad neuerneuer@gmail.com
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1 Response to Las invasiones afortunadas

  1. neuer says:

    Si ya parece arriesgado atribuir a las invasiones el desarrollo de esas culturas (aunque no se puede descartar como una de sus causas), quizá lo sea más pensar que fue el aislamiento de Islandia o de Irlanda la causa de ese desarrollo cultural.

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